lunes, 19 de septiembre de 2016

….”Y cómo hemos cambiado”…

La ética era confusa y difícil para la madre de Andrés, y para Andrés, Rosa y otros muchos compañeros de los centros. Decían “yo no tengo estudios, no sé nada de esas cosas”. No se veían capaces de participar en los observatorios.
Al no disponer de mucha formación en la materia comenzamos a trabajar sin guion ni objetivos, aprendiendo sobre la marcha qué es eso de la ética (la mayoría de nosotros lo único que sabíamos era lo que nos habían enseñado en el colegio, o sea, una asignatura para quienes no querían religión) y nos dimos cuenta de que era muy complicado. Nos parecía ajeno, algo fuera de nuestras posibilidades.

Necesitábamos aprender más pero nos dimos cuenta de que Aristóteles era un señor que no sabía nada de nuestras vidas, necesidades o deseos… y al final las cosas  importantes seguian quedandose sin respuesta.
Pero ¿Qué es realmente importante para la vida de las personas?, ¿de qué manera protegemos y garantizamos su derecho a una vida digna?
Supimos inmediatamente que no queríamos grandes definiciones metafísicas, queriamos una ética con los pies en el suelo, sabiamos que ser feliz depende entre otras cosas, de que nadie me haga daño, de que me traten con justicia y se respeten mis derechos. Y de repente ya sabiamos qué queriamos hace y por dónde empezar.
Habia que preguntarle a las personas usuarias de nuestros centros y servicios.

Y de no saber qué ni cómo….estamos hoy en el I Encuentro de Buenas Prácticas de Cordoba. Cómo ha cambiado la historia ¿no?

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